Museo Chicote

Hoy comenzamos un nuevo apartado dentro de este blog, son las colaboraciones que desinteresadamente nos hacen otros bloguers, en este caso es de nuestro mejor comentarista Breckinridge, queremos darle las gracias desde aqui por su interes y deciros que estamos abiertos a cualquier colaboración o sugerencia de algún tema que querais que tratemos.

La coctelería Chicote, hoy conocida como “Museo Chicote”, es un bar fundado en 1931, en plena Gran Vía madrileña, por el barman Perico Chicote. Desde un primer momento fue lugar de encuentro de la farándula de más nivel y con el tiempo se convirtió en un local legendario, tanto por los cócteles del Sr. Chicote (que había sido el barman del hotel Ritz de Madrid y escribió un libro con sus “500 mejores cocktails”) como por la pléyade de estrellas de la época dorada del cine, y celebridades patrias, que pasaron por sus banquetas y sillones. Ava Gardner, Orson Welles, Rita Hayworth, Frank Sinatra, Grace Kelly, Luis Miguel Dominguín… la lista es inacabable.

Hay un aspecto de Chicote que se suele pasar por encima pero que, sin embargo, es parte integral de su identidad, tanto más cuanto que apenas se ha modificado en sus casi 80 años de vida: su diseño. En Madrid hay muy pocos ejemplos del estilo “art déco” que barrió las ciudades del mundo occidental a finales de los años 20 y primeros 30, y Chicote es uno de ellos. Sería injusto, en todo caso, encasillarlo en la categoría “art- decó”, como sería injusto encasillar a su autor, Luis Gutiérrez-Soto, en alguna categoría estilística pues le debemos muchas obras de relevancia en Madrid: joyas del racionalismo como los cines Barceló (hoy discoteca Pachá) o Europa, ejemplos de arquitectura corporativa de mediados de siglo de corte americano como la torre negra de la Unión y el Fénix, o extraños engendros historicistas de estilo neo-herreriano como el cuartel del Ejército del Aire. Jugaba con los estilos y se plegaba al gusto y exigencias de quien le contrataba pero siempre culminaba obras de gran impacto visual e, inevitablemente, de alta calidad formal y constructiva.

Chicote tiene señas de distinción ya desde la calle: su nombre diseñado en una tipografía “sans sérif”, redonda y algo chata, en neón rojo, sobre dos grandes ventanales flanqueando la puerta giratoria de entrada. El primer detalle de buen diseño interior se advierte al atravesar la puerta giratoria: unos preciosos pasamanos de metal cromado y de puro estilo déco ayudan a salvar los dos escalones de desnivel. A ambos lados de la entrada se encuentran zonas para clientes, con mesas bajas de madera y metal, rodeadas de sillones de tubo de acero, tapizados en verde, que recuerdan a las sillas que Marcel Breuer diseñó desde la Bauhaus para la casa austríaca Thonet. Las paredes de estas zonas están paneladas en madera clara a media altura, y por encima de la “boiserie” cuelgan fotografías que atestiguan el pasado de glamour del local.

Los suelos, de terrazo continuo en color claro y negro marcando el trazado del espacio (con planta en forma de “T”), dan unidad a todo el local, que es de diseño muy diferente en la zona del bar. A lo largo del lado izquierdo del fuste de la “T” se encuentra la barra, de madera y metal cromado, con un fondo de botellas de licor, perfectamente iluminadas, flanqueada de taburetes altos. Enfrente, se encuentran unas “cabinas” diseñadas en madera y metal, que en realidad son pequeños reservados donde pueden sentarse unas cuatro personas, pudiendo aumentar el grupo con la ayuda de pequeños sillones auxiliares tapizados, también en madera y de diseño “art-déco”.

En mi opinión estos reservados son la pieza de diseño más distinguida de todo el bar, sobre todo por diversos detalles originales. Por encima de los sillones curvos y del panelado de madera oscura, se levantan unas baldas muy sencillas, hechas de tubo de metal cromado y de estilo racionalista, cuyo cometido era servir de sombrereras. En la pared, se encuentran pequeñas hornacinas forradas de espejo (al igual que las dos columnas del bar), cuyo cometido originales difícil de adivinar, pero que hoy se utilizan para poner las bebidas. Finalmente destaca un detalle de diseño precioso y juguetón, casi infantil, que resta seriedad a esta coctelería y le da, al mismo tiempo, un aire especial: entre cada reservado se eleva, del suelo al techo, un aplique de metal cromado curvo con un diseño de estrellas recortadas de varios tamaños que están iluminadas por dentro.

Quizá la iluminación, casi toda indirecta, situada tras molduras de los volúmenes de techo y paredes (con la excepción de las lámparas de tulipa redonda que cuelgan del techo frente a la barra), sea otro de los grandes éxitos del diseño del bar Chicote. Al fondo, entre las puertas de los lavabos, un reloj redondo de diseño moderno –que podría ser de los años 30 pero también ser un añadido posterior- lleva años sin funcionar. Quizá sea este reloj que no da la hora el santo y seña de un local atemporal y que es un vestigio de los movimientos de vanguardia en diseño y arquitectura del primer tercio del siglo XX, uno de los pocos que tenemos en Madrid y que por algún motivo, quizá de confluencia de astros de diversos tipos, hemos sabido conservar hasta hoy.

Mantener el interés e innovarse dentro del corsé que supone el espacio y la decoración protegida es una de las máximas del local desde 2001. En esta fecha asumió la responsabilidad de la dirección un nuevo equipo comandado por Pedro Serrano y Alexis Rojas responsables del renacimiento de Chicote en pleno siglo XXI, después de quedar estancado en el último tramo del siglo XX desde que en 1977 falleciera el mítico Pedro Chicote. La nueva dirección intenta cambiar el espíritu. Contratan a un pinchadiscos, hacen un restiling de la mano de Tomas Alía con introducción de luces de ambiente cambiantes y contratan a una firma de relaciones públicas que enfoca el local a un público más fashion.

4 comentarios:

  1. Qué puedo deciros, mil gracias. Ha quedado estupendo, las fotos son preciosas.

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  2. Por cierto, he hecho una entrada sobre vuestro blog: http://cheguevarandebussy.blogspot.com/2009/06/escaparates-y-fachadas-museo-chicote.html
    Arazos

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  3. Stultifer, realmente la mayor aportación son los cambios de color en la iluminacion, casi todo lo demas es limpieza de elementos, pintura y rehabilitacion de lo que ya estaba en la casa.

    Breck, nuevamente gracias a ti, esperamos poder volver a repetir pronto la experiencia!

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