Pieles Arquitectonicas

En la entrada en la que hablábamos sobre Texturas surgió un tema que cobra cada vez más actualidad: el de las pieles en los edificios. Elementos que cada vez tienen mas relevancia, pues vivimos en un mundo donde la imagen tiene tanta importancia que ya no vale sólo con que un edificio este bien resuelto y sea funcional, sino que además tiene que ser “atractivo” o impactante desde el exterior.

En arquitectura, la piel del edificio suele venir determinada por el clima, las características o la estructura del edifico y hasta ahora era un elemento más del mismo con el que casi siempre formaba un todo inseparable.

Las pieles deben servir en todo momento y estaciones del año, invierno-verano o según sea el lugar climático donde se habite y como se ha visto en el movimiento moderno no es lógico hacer pieles de vidrio en climas con mucho sol y calor pues el gasto para acondicionar dichos edificios es muy elevado.

Para cuando ocurre esto muchas veces surge una segunda piel, que seria como el vestido en los humanos, que resguarda de ciertos efectos climáticos y puede variarse según clima y necesidades, e incluso puede ser inteligente y ella misma adaptarse a los diferentes estímulos, por ejemplo lumínicos; recordamos aquí el edificio del Instituto del Mundo Arabe en París diseñado por Jean Nouvel, cuyo exterior esta compuesto por grandes ventanales que recuerdan un objetivo fotográfico automático, abriéndose más cuando hay poca luz y cerrándose cuando hay mucha, consiguiendo así que en el interior el nivel sea constante durante el todo el día.

Este tema que tratamos hoy surge a raíz de dos proyectos que se realizan en Barcelona, uno ya terminado, la piel formada por bandas horizontales onduladas proyectada por Toyo Ito para la fachada de los Apartamentos Suites Avenue y otro, que hemos conocido la pasada semana, realizado por el estudio norteamericano Axis Mundi para recubrir con una piel de material sintético un antiguo edificio próximo al anterior.

Curiosamente los dos edificios se sitúan en Paseo de Gracia y ambos proyectos están claramente influidos por el cercano edificio de La Pedrera que diseño Gaudi entre los años 1906 y 1910.

En ambos casos se trata de edificios que estaban ya construidos y lo que se ha hecho es dotarles de una nueva piel decorativa, a modo de vestido, mas próxima al arte que a la arquitectura, por el mero hecho de que son casi un mas un recurso decorativo que un elemento que cumpla una función clara, que en parte también hacen, pues todo elemento puesto delante de otro cambia la visión del espacio desde el interior- exterior y protege (o no) del clima exterior.

El primero, es un edificio de siete plantas situado en el número 83 del Paseo de Gràcia, en pleno centro de Barcelona y frente a La Pedrera de Gaudí, de quien Toyo Ito se confesó "un enamorado". Precisamente, evocando las curvas de la fachada de este edificio modernista, el elemento más singular del edificio diseñado por el artista nipón es una estructura ondulada de color nacarado.”Con estas curvas que surcan como olas la fachada, quería crear un espacio interno y darle más ritmo y dinamismo al conjunto".

Ito sólo se ha encargado de la fachada puesto que el edificio ya existía antes, destinado a oficinas. Con todo, su apuesta por un decorativismo casi futurista seguro que dará que hablar. "La arquitectura del siglo XX ha sido demasiado áspera, demasiado rigurosa. Y sí, quería devolver a la gente una arquitectura más simbólica y aportar algo más decorativo u ornamental, que seguramente nos hacía falta. Pero en realidad no se trata sólo de esto. Tenemos que ir más allá de la arquitectura moderna, dar un paso más". Su obsesión es romper la homogeneidad de las cajas de zapatos que han proliferado en el siglo pasado y para ello, dice, se inspira en la naturaleza, en sus formas y elementos.

El resultado nos parece espectacular y creemos un acierto que el Ayuntamiento de Barcelona le diera la licencia de obras para dicha intervención, que tuvo muchos problemas por que no cumplía las normativas municipales. Menos mal que hicieron una excepción por ser quien era y por el valor de la obra que se iba a realizar.

El segundo caso es el H20 de Axis Mundi quienes, como ya en su denominación sugieren, han diseñado una fachada para un edificio de oficinas en Barcelona que replica las ondulaciones del agua.

Como en el caso anterior el proyecto se lleva a cabo sobre un edificio existente situado en una transitada cruce de Barcelona también próximo a la Pedrera.

Diseñada para una marca de botellas de agua la fachada estará hecha de un compuesto fenólico y suspendida en un entramado de acero adosado al edificio existente.

El concepto para la nueva fachada esta basado en las interferencias que crean las ondas en la superficie del agua. En física, interferencia es la adición (superposición) de dos o más ondas que dan como resultado una nueva onda.

“Documentamos, clasificamos y estudiamos los reflejos de la luz en el agua en varias condiciones: en ríos, corrientes y charcos, por ejemplo. En ultima instancia seleccionamos una imagen que visualmente nos recordara las sutiles ondulaciones en un charco. Esa imagen fotografiada fue luego importada y modelada con precisión en 3D”

Tomando como referencia el cercano edificio de Gaudí, el recubrimiento esta perforado por vacíos elípticos que permiten a la luz natural del día filtrarse hasta el interior de las oficinas.

Todavía no sabemos cual será el resultado final, pero a juzgar por las imágenes del proyecto también podemos calificarlo de espectacular. Ambos darán mucho que hablar y sin duda influirán en la estética la ciudad.