Pomme Sucre

Hace unos días recibimos el fallo de los premios de arquitectura e interiorismo que otorga la firma Saloni Cerámica en su décima edición.

Entre los galardonados en el apartado de Interiorismo o Arquitectura Interior como ellos lo denominan se encuentra Francesc Rifé, uno de los, para nuestro gusto, mejores profesionales de este sector, con el proyecto de una imagen de tienda que ha desarrollado para Pome Sucre, pastelería selecta que desde Asturias y de la mano del maestro pastelero gijones Julio Blanco pretende expandirse por el resto de la península.

La tienda de referencia donde se ha desarrollado la imagen corporativa de la firma se encuentra en Oviedo y ya han abierto tiendas en diferentes ciudades de España mas o menos similares. En Madrid han abierto en el antiguo local de la firma Uno de 50 en la calle Barquillo y aparte de los muebles de frío no se parece gran cosa al original.

Pomme Sucre Oviedo esta distribuida en dos platas: en la planta calle de aproximadamente unos 35 m2 se sitúa la tienda y en la planta sótano, con otros 35 m2 el obrador, almacén y servicios diversos.

El proyecto es tan básico como relacionar los tres productos claves de la pastelería: harina, huevo y cacao (comenta el diseñador). Su traducción material, la opalina blanca, las resinas amarillentas y el espejo fumé, respectivamente. El proyecto intenta simbolizar los tres elementos de una forma inteligente para integrar tanto vitrinas de frío como neutras, teniendo muy en cuenta la iluminación interior, resuelta a base de retroproyección de luz fría, amortiguando de esta manera los vatios de calor que dañarían el producto expuesto. Las vitrinas han sido diseñadas como cajas acristaladas suspendidas con una importante tecnología interior para evitar el fenómeno de condensación, incorporan una base de pantallas retroiluminados con leds. La opalina blanca también ha funcionado para retroiluminar la marca Pomme Sucre así como para revestir todo el techo.

Se accede a la planta sótano por una escalera limitada por cristal transparente fumé como continuación de la pared de espejo en el mismo color gris fumé. De esta manera se crea una situación casi “mágica” al no saber que es vidrio y que es pared. La zona de espejo fumé esta hecha a base de pequeños quiebros, imitando las tabletas de chocolate.

Frente a la zona acristalad se encuentra, también suspendida, la zona de caja, un módulo revestido con la misma opalina blanca y apoyado en la pared posterior por un mueble contendedor con el mismo acabado de las resinas del suelo, en el que se alberga el cuadro eléctrico, una pequeña cafetera y el menaje auxiliar.

Contrastando con las paredes blancas se intercalan pequeñas hornacinas en color amarillo provistas de iluminación interior para destacar los productos envasados de la firma.

La fachada en contraposición al interior del local esta tratada con un revestimiento fenólico en color negro que integra tanto rotulación como el escaparate totalmente enrasado y la puerta de cierre nocturno, consiguiendo un plano completamente liso en contraste con las viejas edificaciones colindantes.