El Resurgir de la Pequeña Libreria




La pasada semana twitteabamos un articulo que aparecía en el diario El País en que relataban un hecho que parecía imposible y que se esta produciendo en EEUU; y si las cosas no cambian, aunque tarde un tiempo, acabará también por producirse en el resto del comercio de occidente: al parecer la era digital está salvando a las pequeñas librerías. Nos ha parecido algo tan digno de tener en cuanta que os ofrecemos un resumen y comentario sobre el mismo.



Parece que los tiempos están cambiando y cuando hace 10 años los grandes supermercados culturales se comían el mundo arrasando a la pequeña librería, nadie pensó que las tecnologías e Internet los pusieran en peligro pero así esta siendo. ya comentamos en su día las dificultades que estaba atravesando una de las librerías mas importantes de EEUU como es Barnes & Border’s, pues eso esta llevando a que esté cerrando muchas de sus sucursales (hasta el momento 158 de las de las 1.357 que tiene, 637 de las cuales son librerías universitarias) y acumula una deuda de unos 34,4 millones de Euros.



El verano del pasado ya cerraron todas las tiendas Virgin Megastore de EE UU. Y estos días presentaba suspensión de pagos Blockbuster. En su época dorada, esa cadena de videoclubs, fundada en Tejas en 1985, llegó a servir a 47 millones de clientes al día y se expandió a 16 países, España entre ellos . Ironías de la casuística empresarial: ha caído el modelo de consumo masivo y ha regresado la pequeña tienda, el pequeño comercio de trato personal y cara amable. En el ocaso del gigantesco bazar cultural, rebrotan en EE UU las librerías independientes.

Era una opinión generalizada a finales de los años noventa que las pequeñas librerías de barrio iban a desaparecer primero de EE UU y, luego, del resto del mundo, sepultadas bajo una montaña de libros en oferta, comercializados al modo de los supermercados, en grandes cadenas, como Barnes & Noble, Border's o Walden Books.



Es cierto que en este tiempo han cerrado muchas pequeñas librerías. Pero en los años recientes han abierto muchos nuevos comercios, para cubrir el hueco que están creando las grandes superficies que cierran ya a un ritmo imparable. Por ejemplo, desde hace un año, Washington alberga dos nuevas librerías de segunda mano, Kulturas, regentadas por el matrimonio conformado por Andrew McDonald e Irene Coray.



"Las librerías que aguantaron el envite de los pasados 20 años pueden aprovechar este momento", explica McDonald, que en el pasado regentó otras tiendas de ese mismo tipo tanto en Washington como en la zona metropolitana de Los Ángeles. "Uno nunca se hace rico con este negocio, pero es cierto que los próximos 10 años podrían ser relativamente beneficiosos. Estas son librerías que nosotros entendemos como un servicio a la comunidad. Conocemos a fondo nuestro inventario, lo hemos elegido personalmente, podemos aconsejar bien al lector. Todo eso es una ventaja que puede beneficiar a la comunidad, y el explotar esos recursos puede ser nuestra oportunidad".



Los avances tecnológicos han polarizado el mercado. Por un lado, se hallan las librerías como las que regenta McDonald, lugares agradables y de culto a la lectura, donde el hábito de comprar un libro se convierte casi en una práctica social. Por otro, están los nuevos desarrollos cibernéticos: los libros electrónicos que se manifiestan en pantallas de tabletas como el Kindle de Amazon o el iPad de Apple por arte de descarga inalámbrica. Lo que quedó en medio, la gran superficie, se suma en un presente confuso.



Pero el publico que en parte había olvidado ya a la pequeña librería, siente el cierre de la grande que va a crear un vacio en el panorama cultural de la ciudad.

A principios de septiembre, Christine Allen, analista de sistemas de 36 años, ojeaba unas guías turísticas frente a la estantería de viajes: "Vengo aquí en mis 45 minutos de comida, para ojear libros y escaparme de la oficina. Echaré de menos esta tienda". "Es una pena, era parte del vecindario", añadía John Choi, de 29 años, que trabaja de camarero en un restaurante cercano y acude a leer partes de libros en sus ratos libres. "Me he leído unos tres libros así", bromeó. Una decena de personas ojeaba libros en el suelo o en alguno de los bancos desperdigados en la tienda.




Parece que no lo hubiera imaginado ni Richard Bernstein, columnista del Times, que en 1994 escribió, sobre la apertura de una de esas tiendas: "Barnes & Noble puede ser grande. Puede ofrecer 250.000 títulos y 40.000 pies cuadrados de superficie comercial. Pero no puede satisfacer las ingentes y específicas necesidades de los compradores de libros de Nueva York.

Barnes & Noble es como el Macy's de las librerías, una tienda fabulosamente magnífica, pero cuyas centralizadas técnicas de compra y mediocres criterios comerciales podrían empobrecer la diversidad de opciones solo en una ciudad intelectualmente menos vibrante que Nueva York".



De hecho, aún no está claro si el pequeño comercio se beneficiará o si saldrá perjudicado por el imparable ascenso del comercio en Internet. Amazon, un supermercado online donde nadie puede tocar y oler los libros antes de comprarlos, domina el mercado. Apple ha lanzado una aplicación, conocida como iBooks, que supone una recreación extremadamente realista de los libros tradicionales, sin papel ni tinta. Esos desarrollos están acabando con las grandes superficies comerciales, ya que abaratan el precio de los libros al eliminar la intermediación que supone mantener inventarios y contratar dependientes.



El de los llamados e-books (libros electrónicos) es todavía un mercado casi testimonial, pero de importancia creciente. Según la consultora Simba Information, en el último año un 9% de los adultos de EE UU compró al menos un libro electrónico. Muchos de los libros que se venden en Kindle, el lector de Amazon, lo hacen por un dólar (unos 74 céntimos de euro) o incluso menos. Según Publishers Weekly, el mercado de libros en papel generó en 2009 en EE UU unas ventas de 10.000 millones de dólares (unos 7.500 millones de euros). Si se incluyen biblias y libros de texto, la cifra asciende hasta 26.000 millones de euros. El de los e-books, solo llegó a los 61 millones.



"Internet ha tenido un efecto considerable en la edición y la distribución de libros", asegura George Haley, director del Centro para la Competencia Industrial Internacional de la Universidad de New Haven. "Aun así se necesitará mucho más tiempo para generar un inventario realmente competitivo de libros electrónicos. La mayoría de los consumidores aún prefiere ver la letra impresa en un libro antes que en una pantalla. Muchos compradores se relajan al comprar en librerías, ojeando personalmente la oferta. Por eso muchas tiendas de libros hoy en día tienen pequeñas cafeterías. El carácter tradicional de la industria editorial debería darle a Barnes & Noble el tiempo suficiente para adaptarse a la nueva realidad del mercado".



Ese elemento especial lo ofrecen tiendas como Kulturas en Washington, que ostenta una rica variedad en libros de filosofía, arquitectura y arte. No muy lejos de una de ellas está Second Story Books, con una impresionante selección de libros descatalogados. A una manzana, Kramer's, que acompaña una selección de libros nuevos con una cafetería, un bar y un restaurante que abre hasta altas horas de la madrugada. Las librerías independientes son cada vez más puntos de encuentro social, y para ello necesitan ese tipo de elementos adicionales.



Algunas empresas, líderes de la Red, no opinan que ambas cosas, librerías independientes y libros electrónicos, deban estar reñidas. Google, célebre por sus arriesgadas y exitosas innovaciones, está ultimando una alianza con la Asociación de Libreros de América para poner en marcha Google Editions. Será una red de páginas web a través de las que las librerías podrán vender sus catálogos en formato digital, con precios con los que le puedan hacer la competencia a grandes supermercados virtuales como Amazon. También será un medio para que las librerías tengan presencia en la Red y ofrezcan un punto de encuentro virtual (para publicitar sus calendarios, organizar eventos y anunciar novedades) a sus clientes.



Sobre este tema hemos hablado ya en anteriores ocasiones mostrado nuestra opinión, pensamos que la solución pasa por la especialización. La clave nos la da en el citado articulo un pequeño librero al decir: "Uno nunca se hace rico con este negocio, pero es cierto que los próximos 10 años podrían ser relativamente beneficiosos. Estas son librerías que nosotros entendemos como un servicio a la comunidad. Conocemos a fondo nuestro inventario, lo hemos elegido personalmente, podemos aconsejar bien al lector. Todo eso es una ventaja que puede beneficiar a la comunidad, y el explotar esos recursos puede ser nuestra oportunidad".



Lo que quizá esta pasando es que se esta materializando ese cambio de planteamiento al que al final nos esta llevando esta crisis. Antes muchos empresarios se embarcaban en negocios solo por los beneficios que les podían acarrear, olvidándose de todo lo demás; en un momento determinado la cultura paso de interesar a unos pocos a ser un gran negocio. Ahora al arrebatárselo Internet a las grandes librerías, esos mismos empresarios que solo ven cifras ya no no ven rentabilidad al tema de la cultura y optan por cerrar y buscar otros objetivos, mientras que el pequeño comerciante que se conforma con unas ganancias menores sobrevive gracias a un trabajo bien hecho y a su amor de siempre por los libros.

Las imagenes que ilustran esta entrada corresponde a la original libreria Coop que se ha asociado con la cadena de Alimentación exclusiva Eataly para instalar diversos puntos de venta , constan de una pequeña area de alimentación, libreria y cafeteria restaurante. El que os mostramos esta situado en un edificio historico con restos arqueologicos en la ciudad de Bolonia - Italia.

2 comentarios:

  1. No entiendo como esta entrada se ha quedado sin comentarios y eso que mucha gente le ha dado al I like de Facebook, yo incluido.

    Cuando vivía en DC, había un Border's gigante al lado de casa, y cerró justo antes de marcharnos a NY. Aquí vas a cualquier Barnes&Noble y está todo de rebajas, con secciones cerradas. Y sin embargo las librerías pequeñas, del tipo que sea, se mantienen de maravilla. Internet ha revolucionado el negocio del libro de dos maneras: por un lado. Amazon se está comiendo el espacio de las grandes cadenas y por otro a las librerías independientes les sirve para vender por otra vía (no sé si conocéis ABE Books, un portal de librerías con un buscador extraordinario, creo que ya lo he comentado aquí). El libro electrónico echa más leña al fuego. pero siempre vamos a querer ir a una librería de barrio, pequeña, especializada, donde nos den buen trato, nos informen y ayuden.

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  2. Squirrel, el tema de los comentarios a veces es un misterio, ya lo sabes, entradas que parece no van a tener mucho interes sorpenden por su aceptacion y en cambio otras mas elaboradas o que parecen mas interesnates pasan sin pena ni gloria.Que te vamos a contar a ti!

    De eso precisamente hablamos en la entrada, de la lucha entre los grandes (grandes superficies, internet, etc) por quedarse con la tajada de las grandes ventas populares y de como las pequeñas estan viviendo a base de especializacion y buena atencion.

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