Centro Cultural Oscar Niemeyer en Avilés




Como algunos viernes, para desengrasar de tanta tienda, nuestra entrada esta relacionada con el mundo de la arquitectura, y este caso con la presentacion que tuvo lugar el pasado miercoles con la apertura de la cúpula del Centro Niemeyer en Asturias.

Avilés estrenó así el proyecto más importante en Europa del arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, un centro cultural que lleva su nombre y que ha sido posible gracias a la donación que el artista realizó a través de la Fundación Príncipe de Asturias.



No se puede hablar de inauguración propiamente dicha, puesto que aún no han finalizado las obras, aunque las instalaciones acogen ahora su primer acto, la jornada de Naciones Unidas, 'Impacto Académico', sobre educación, derechos humanos y arquitectura para la paz. La totalidad del centro se espera que este terminado para la próxima primavera, cuando se produzca la inauguración oficial.

Esta apertura coincidió con el 103 cumpleaños del arquitecto, Premio Principe de Asturias de las artes en su edición de 1989, que no pudo asistir a este acto de apertura del que dice es su “proyecto más querido”. "Es el trabajo más importante entre los proyectos recientes y, seguramente, uno de los que me dio más alegría entre los creados para el exterior" y describe su proyecto como una gran plaza pública donde es posible "asomarse al teatro de la vida" . A su edad todavía se mantiene en activo y según el mismo explica tiene ahora mismo 15 proyectos “sobre el tablero”, todo un ejemplo de dedicación y amor por su profesión.



Todo arrancó en 2005 cuando, con motivo del XXV aniversario de los Premios Príncipe de Asturias, los responsables de su fundación pidieron a Niemeyer y al resto de los galardonados una colaboración especial. "Le pedimos que pronunciara una conferencia, o que participara en un encuentro... ¡y él nos regaló un proyecto de edificio!", recuerda Natalio Grueso. Dicho y hecho: el Principado de Asturias entró a saco en el proyecto (que financiará por completo, junto a la búsqueda de patrocinios privados) del Centro Niemeyer. La meta es convertirlo en un nuevo polo de atracción turística: un efecto Niemeyer capaz de rivalizar con el efecto Guggenheim.

Se le ha comparado con el Museo Guggenheim de Bilbao y lo cierto es que mantienen varios puntos en común. Se trata de un proyecto cultural de gran magnitud que se asienta en antiguos terrenos industriales, junto a la ría, en este caso de Avilés, que quedaron libres tras la gran reconversión siderúrgica de los 80. Antes de enviar bocetos, Niemeyer pidió detalles de la ubicación y la finalidad. Se eligieron terrenos junto a la ría. Se sopesaron carencias en infraestructuras culturales y así fue fraguándose el proyecto.



Frente al casco urbano de Avilés, y como eje de un ambicioso proceso de regeneración urbanística, el conjunto de rampas, torres y cúpulas blancas se extenderá sobre una superficie de 50.000 metros cuadrados. El complejo ha empezado a transformar la fisonomía de la ciudad, marcada ya por la silueta de su enorme cúpula, una llamativa y futurista torre y, sobre todo, una enorme plaza que constituye el espacio común para todas las dependencias: el auditorio, el centro de exposiciones, el edificio polivalente y el área de ocio.



Esta plaza real y con capacidad para 10.000 personas separa los dos principales elementos del trabajo ya terminado: el museo y el auditorio, con más de 5.000 m2 y un aforo de 1000 butacas sin distinción de clases, -fue una exigencia de Niemeyer, no existe una localidad que tenga menos visibilidad que otra-, con una ventana de grandes dimensiones desde la que se pueden contemplar los espectáculos de la plaza.

Entre el auditorio y el museo, Niemeyer ha proyectado una espectacular torre mirador sobre la ría y la ciudad, de 13 metros de altura, con restaurante incluido que será el eje de citas gastronómicas mundiales y a la que se accede a través de una escalera, con una superficie de 514 metros cuadrados, un espacio multiusos con cines, salas de ensayo y salones de conferencias, y una inmensa galería de 4.000 metros cuadrados y 20 metros de altura que junto con la Tate Modern de Londres, será el mayor espacio de Europa destinado a la exhibición de arte contemporáneo.



Lo que el miércoles se mostró por primera y de forma oficial vez al público fue la cúpula del edificio que alberga el museo que recogerá la historia de los premios Príncipe de Asturias: una pionera y provocadora cúpula, izada por un sistema pionero en la arquitectura constructiva en España y sólo utilizado en Estados Unidos, que consiste en una gigantesca membrana de PVC inflada que actúa como encofrado exterior y da forma a una cúpula de 55 metros de diámetro y 18 metros de alto.

La membrana de PVC presurizada se comporta como encofrado exterior, pero queda integrada en el sistema y actúa como una protección extra. Este sistema es "económico y respetuoso" con el medio ambiente y en Estados Unidos se ha ampliado su uso a desarrollos arquitectónicos como polideportivos, edificios religiosos, auditorios y complejos de ocio.



Los expertos han elogiado también la escalera interior helicoidal, que el propio arquitecto cuidó especialmente como uno de sus diseños más personales.
La vocación del Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer, es la de convertirse en eje internacional de actividades culturales. Una de las instituciones que participan en este intercambio cultural es la ONU, bajo cuyo paraguas se proyecta el Impacto Académico



4 comentarios:

  1. Está quedando bonito, la verdad. No es que respete mucho el entorno y no es que el mundo esté para obras de esta envergadura, pero será una inversión de futuro, así lo espero. Pocos han sabido usar las curvas como Niemeyer, en el edificio de la Asamblea General de la ONU se adivina perfectamente que fue el quien diseñó las dos curvas exteriores. Y que la torre fue idea de Le Corbusier, claro.

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  2. Squirrel, no es de nuestras arquitecturas favoritas pero si, no tiene mala pinta, en cuanto al entorno, al estar en la zona industrial de la ria no parece que fuera estupendo, con lo cual puede pasar como con Bilbao, que sea esta obra la que sirva de empuje ( asi parece que va a ser ) para remodelar todo el entorno. No esta el horno para bollos pero era una obra ya en proceso asi que suponemos no quedaba mas remedio que seguir, aunque puede que con algun recorte, como todo, de todas maneras en estas epocas es cuando tambien es conveniente realizar inversiones de futuro, como pasa en los negocios. Esperemos que asi sea, y no sea otro capicho más.
    En cuanto a lo de la ONU, su estilo es muy reconocible y tan opuesto al de Le Corbusier... que es logico que sea facilmente identificable quien hizo que.

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  3. Hola Chicos
    gracias por vuestro mensaje de apoyo
    como siempre es un placer leer vuestros mensajes y entrar en vuestro Blog.No hace mucho estuvimos en Avilés rondando la obra,aunque todo se tenia que ver desde lejos es verdad que no tenia mala pinta,aunque tanto metro expositivo y la envergadura del edificio corre el peligro de que después "se coma" cualquier cosa que pongan en su interior,que creo que salvando algunas expos concretas y algún Serra es lo que pasa en Bilbao y por supuesto en nuestro MUSAC de Castilla y Japón.
    besazos y abrazazos extra iluminados desde el Bierzo y Muchas Felices Fiestas para todos

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  4. haquiles, gracias ti por leernos y comentar.
    Es el peligro que tienen estas grandes obras de arquitectos estrella, que al final rsulten mas importantes los contienentes que los contenidos. Quiza haya que dejar pasar tiempo (como quiza ocurrió en el Prado) para que la obra vaya adquiriendo volumen e importancia y cobrando más importancia hasta igualarse o superar al museo que la contiene.

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