Economía de Crecimiento




Nos ha parecido tan interesante la entrada anterior sobre la obsolescencia programada, que hoy vamos a continuar comentando el tema y viendo diferentes comentarios y puntos de vista.

El pasado Domingo por la mañana como avance del programa de televisión que se iba a emitir esa misma noche, en el programa de radio “No es un día cualquiera” se organizó una tertulia sobre el tema en el que intervenían, además de Cosima Dannoritzer realizadora del documental y Joan Ubeda productor del mismo, Manuel Toharia, Paco Álvarez y la propia conductora del programa Pepa Fernández. Como muchos de los comentarios que en el se hicieron también nos parecen de gran interés os ofrecemos una muestra de los mismos. Podéis escuchar la tertulia completa en este enlace.



El objetivo de las obsolescencia programada esta claro, el lucro económico inmediato, esto implica que aspectos como el cuidado y el respeto por la naturaleza se dejen en un segundo plano, ya que los desechos (productos obsoletos o parte de ellos) se convierten en contaminación.

Por si fuera poco, la obsolescencia programada también existe por modas (aquella que vuelve obsoleto un bien de consumo porque no parece ir a la moda o no se encuentra actualizado), lo que acentúa aún más la problemática medioambiental.



En nuestro modelo económico actual el beneficio tiene que ser inmediato, en comparación de hace unos años cuando ese beneficio se producía a mas largo plazo.

El programa empiezaba planteando una serie de cuestiones sobre la que todos en algún momento nos hemos parado a pensar o deberíamos hacerlo como ¿Las cosas duran menos? ¿Cambiamos lo que no se estropea? ¿Supone esto un problema ético? ¿Si esa obsolescencia no podrían subsistir las empresas?



Al parecer, también los consumidores tenemos gran parte de la culpa ya que nos dejamos engañar, y las empresas lo saben. Se pone como ejemplo el de las bombillas de bajo consumo que son muy difíciles de desechar y muy toxicas. Y no es cierto que la gente prefiera que las cosas duren mas aunque cuesten mas, de nuevo tenemos el ejemplo de las bombillas de bajo consumo, que ha costado mucho introducir, y no se ha conseguido hasta que no se ha hecho obligatorio, por el precio y por lo poco atractivo de su resultado lumínico.

Y es que en el fondo ninguno somos conscientes de que compramos cosas baratas que van a durar poco. Vivimos y hemos sido educados, sobre todo de unos años a esta parte, en una sociedad consumista, donde una empresa que no crece es una empresa que fracasa y en la que enseñamos a nuestros hijos a consumir y además a que ese nivel de consumo refleje nuestro estatus social. Una sociedad que cada vez da más importancia al tener y menos al ser.



Uno de los ejemplos mas actuales lo tendríamos con nuestros teléfonos móviles, esos aparatos que en teoría sirven para hablar por teléfono, pero que cada vez llevan mas cosas, - de echo ya es imposible encontrar un teléfono básico que solo sirva para eso-, y que además cambiamos sin necesidad, solo para estar a la ultima y así nos los venden.

Esto, no solo produce un coste medioambiental (deshechos), también supone un coste de tiempo en volver a aprender a utilizar los aparatos nuevos (sean estos teléfonos móviles o cualquier otro).



Nuestra sociedad esta dominada por una economía de crecimiento cuya lógica no es crecer para satisfacer las necesidades sino crecer por crecer. Vivimos en un mundo cuyo modelo es consumir como si no hubiera limite “Cualquier persona que piense que un crecimiento infinito es posible en un planeta finito es o bien un loco o bien un economista”, y parece que hoy en día todos somos economistas...

Incluso desde los propios estamentos oficiales se insiste en consumir para que la falta de consumo no produzca mas paro. Se nos dice que si la gente no compra, la economía no va a crecer. Nuestro papel parece limitarse a pedir créditos y comprar cosas que no necesitamos. Claro, que por suerte este modelo no es inamovible y puede cambiarse, en unos años, puede que bastantes, pero podría ser diferente.



Otros de los temas a debate es el problema de la basura. ¿Que pasa con toda esa basura?

Cuanto más ricos somos, más basura producimos.1000 millones de personas generan el 80 % de los residuos del planeta.

Pagamos una tasa de basura, pero mucha de nuestra basura no se recicla, acaba en Ghana, India, etc. allí, en montañas de basura acaban muchas cosas que deberían reciclarse. Esos países se convierten en nuestros vertederos, pero, además de ellos, también tenemos el problema de nuestros propios vertederos de basura.



Pero, ¿que pasara en 20 años con los residuos de China o India, grandes países con economías emergentes que se están poniendo al día en esa carrera consumista?

El mundo se ha multiplicado por 3 y la producción por 25 en apenas 25 años. Nos han creado el deseo de poseer algo nuevo antes de fabricarlo. Y se ha producido una transformación en la sociedad para que nada se repare, se tira y se compra nuevo. Pero esas reparaciones también generan puestos de trabajo, los de los “reparadores”. No ha pasado tanto tiempo desde que se arreglaban las televisiones o se daba la vuelta al abrigo.

En el debate también se apuntan algunas de las propuestas que ya avanzábamos ayer para salir de esta espiral.



Por un lado esta la del decrecimiento y por otro la denominada “De la cuna la cuna”, que propone imitar a la naturaleza .La naturaleza produce muchísimo y genera residuos que sirven a su vez para otros elementos de la naturaleza, se propone lo mismo para los ciclos industriales.

Pero también los consumidores podemos hacer que las cosas cambien. Y parece, según algunas fuentes, que se esta produciendo un cambio de actitud en los consumidores que se resiten a ello y gracias al uso de las redes sociales e Internet difunden su mensaje.



Quizá como apuntaba un oyente deberíamos vivir un poco más de lo básico y menos de la tecnología. Tal vez haya que renunciar a algunas cosas para tener calidad e vida.

Esta bien y es lógico que la tecnología no deje de avanzar, eso hace avanzar a la sociedad también, lo malo es que luego cae en las manos voraces de los capitalistas y del mercado y quizá son estos los que deberían estar mas controlados.



Como conclusiones nos quedaríamos con que lo queramos o no, si o si, se tiene que producir un cambio y este puede ser o de los de darnos contra la pared o bien, ser mas razonables y construir una sociedad mas respetuosa con los recursos.

Dejemos de ser espectadores y seamos más actores. Porque como apuntan al final del programa “Si el consumo diera la felicidad deberíamos ser ya muy felices y, ¿ustedes lo son?.

Las imagenes que ilustran esta entrada pertenecen a la optica Ximenez en Mataro, Barcelona diseñada por Xavier Martin.

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