En muchas ocasiones ocurre que una tienda queda “redonda” en el momento de su inauguración, pero cuando volvemos a ella tiempo después, encontramos que se han ido acumulando diversos objetos e incluso colocando piezas de mobiliario, ya sea del suministrado para alguna promoción
por algún fabricante o bien adquirido por el propietario con algún fin, pero que en cualquier caso nada tienen que ver con el concepto inicial del local o no han conservado la línea estética del mismo y el resultado final que se produce es negativo.
Esta entrada de hoy surge a raíz de la visita que realizamos hace unos días a una conocida tienda de la que os hablamos en el momento de su apertura hace tan solo unos meses y que nos parecía era toda un ejemplo de recuperación de un espacio y diseño, de originalidad y coherencia estética. Pues bien, en esta nueva visita nos hemos encontrado con que habían colocado unos pequeños muebles (cajas, más bien) para zapatos que no encajaban en absoluto, ni siquiera por contraste en las línea de diseño de la misma. Son todo un parche que, confiamos, sea temporal, porque nos llama la atención que para otro tipo de productos, también de carácter ocasional, si hayan sabido integrar elementos acordes con la líneas de diseño generales.
Una tienda es un espacio vivo y tiene que poder evolucionar paralelamente al negocio, adaptarse a las circunstancias del mercado. Cuando un empresario abre su establecimiento tiene una idea de cómo quiere que sea, si recurre a un profesional del diseño, este elabora un concepto, pero luego también el mercado va marcando sus pautas y a veces a posteriori hay que realizar modificaciones, como por ejemplo dar más importancia a unas secciones que tienen éxito en detrimento de otras que no funcionan.
En el textil por ejemplo cada temporada marca una línea de productos diferentes y la tienda tiene que ser suficientemente versátil para poder transformarse de una temporada a otra sin que se vea afectada negativamente su estética.
En otras líneas de negocio las novedades o promociones son una tentación, muchos fabricantes realizan expositores exprofeso para promocionar determinados productos y el incorporarlos a la instalación de cualquier manera y en excesiva cantidad puede hacer parecer la tienda como un muestrario de muebles.
Por otro lado también surgen nuevas necesidades, como vender un producto de nueva aparición u otro que no se consideró en su día, y es frecuente que se encarguen por parte de la propiedad muebles o expositores que aunque correctos y funcionales no tienen nada que ver con el resto y al final el conjunto queda francamente mal.
Esto es también muy habitual en el ramo de la hostelería, donde muchas veces es necesario ampliar piezas de mobiliario o de apoyo y con frecuencia, por prisas o abaratamiento de costes se recurre a lo primero o más barato que se encuentra, con resultados en muchos casos desastrosos, que incluso deterioran la imagen del local.
Ocurre incluso con el material gráfico de las instalaciones, hay que ir rotándolo cada temporada, no se puede inaugurar una tienda con una gráfica de determinada o a la moda del momento y dejar pasar los años sin cambiarla, es signo de dejadez, es preferible no poner nada u optar por una genérica que se mantenga más tiempo actual, aunque su cambio siempre supone algo positivo ya que aporta algo novedoso al conjunto.
Otro error frecuente se comete cuando las marcas o promotores suministran gran cantidad de elementos gráficos y en vez de rotarlos o seleccionar los más adecuados se intenta mostrarlos todos al mismo tiempo, con lo que al final se consigue un exceso de estímulos y la consiguiente confusión que ello provoca.
La pintura es un elemento muy importante, y desde aquí siempre decimos que es una de los recursos de decoración más baratos, por ello su buen uso puede ayudarnos a cambiar un espacio con muy poco dinero, por otro lado, por motivos higiénicos y de uso una tienda se debería pintar cada cierto tiempo. En ambos casos, si no se tiene claro que colores emplear o no se quiere recurrir a un profesional que nos ayude a introducir una nueva paleta, es preferible seguir utilizando el mismo color antes que ponerse “a experimentar”, pues la mayoría de las veces los resultados suelen ser nefastos.
Otro tema muy importante en el que insistimos siempre es el de la iluminación. Con el ahorro energéticos hay que tener mucho cuidado, se está primando el uso del bajo consumo para ahorrar costes en la factura de la luz y debido a ello muchos empresarios y comerciantes cambian las lámparas originales recomendadas para sus luminarias por otras de bajo consumo, - una acción muy loable- , pero lo hacen por las primeras que encuentra o las de menor precio , sin tener en cuenta las intensidades y las temperaturas de color, ni el resultado final del conjunto, como mostramos, por ejemplo, en el caso de la pastelería casa Mira. En la actualidad hay ya una gran variedad de lámparas de bajo consumo, leds, etc., solo es cuestión de esforzarse y dejarnos ayudar de nuevo por profesionales, que sabrán aconsejarnos qué modelo es el adecuado a nuestras necesidades, aunque en algunos casos el precio sea un poco más elevado que las de “oferta del híper” la inversión, que no gasto, merecerá sin duda la pena, pensemos que nos duraran mucho tiempo y es mejor acertar desde el principio que no tener que cambiarlas al poco tiempo o quedarse para siempre con una elección equivocada.
Los profesionales sabemos bien el resultado de muchas de estas acciones poco meditadas pues es frecuente que pasado el tiempo nos lleguen quejas y consultas al respecto, ya que todas ellas repercuten en muchas ocasiones en las ventas y afluencia de público a los establecimientos y nos vemos en la tesitura de señalar las equivocaciones e incongruencias cometidas durante algunos años, cuyo costo en pérdidas ha sido, por desgracia en demasiados casos, mayor que el que hubiera supuesto una correcta y asesorada intervención.
Las imagenes que ilustran esta entrada corresponden al recientemente inagurado Restaurante Mordisco en Barcelona diseñado por Sandra Tarruella Interioristas
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